Madrid – Lo que comenzó como una simple noche de televisión se convirtió rápidamente en uno de los escándalos mediáticos más comentados del año. Pablo Motos, el carismático y polémico presentador del programa “El Hormiguero”, está atravesando una de las peores crisis de su carrera tras lanzar un comentario explosivo sobre el joven prodigio del tenis español, Carlos Alcaraz, que ha provocado una tormenta de indignación en todo el país y más allá de sus fronteras.
Durante una de las emisiones en directo del programa, Motos, conocido por su estilo directo y a menudo sarcástico, interrumpió una conversación sobre el Masters de París 2025, torneo en el que Alcaraz fue derrotado por su rival Jannik Sinner. “No estamos aquí para respetar tu orgullo”, dijo con tono burlón, antes de calificar a Alcaraz como “una patética sombra de Jannik Sinner”. Las palabras, emitidas ante millones de espectadores, generaron una ola de reacciones inmediatas en redes sociales.

Twitter, Instagram y TikTok se llenaron de mensajes de apoyo a Alcaraz y de críticas feroces hacia Motos. En menos de una hora, el hashtag #ApoyoACarlos fue tendencia mundial. Famosos deportistas, periodistas e incluso algunos excolaboradores del propio “El Hormiguero” expresaron su desaprobación. Uno de los comentarios más compartidos fue del cantante Alejandro Sanz, quien escribió: “El respeto no se mide por una derrota. Se mide por la actitud. Carlos no necesita demostrar nada.”
Lo que pocos sabían en ese momento era que el comentario podría tener consecuencias mucho más graves para Motos. Según fuentes cercanas a la cadena Antena 3, varios patrocinadores del programa amenazaron con retirar su apoyo económico si el presentador no pedía disculpas públicas en el plazo de 48 horas. Entre ellos, una importante marca deportiva y una multinacional tecnológica, cuyo contrato conjunto con el programa superaría los 2 millones de dólaresanuales.

Cinco horas después del incidente, una reacción oficial del propio Carlos Alcaraz encendió aún más el fuego. A través de su cuenta de X (antes Twitter), el joven tenista escribió simplemente cinco palabras: “Nunca atacaré lo que amo.”Estas pocas palabras, cargadas de elegancia y serenidad, bastaron para revertir la narrativa. Miles de fanáticos interpretaron el mensaje como una respuesta sutil pero poderosa al comentario de Motos. En cuestión de minutos, la publicación acumuló más de un millón de “me gusta” y fue replicada por medios internacionales.
Mientras tanto, en los pasillos de Atresmedia, el ambiente se volvió tenso. Se rumorea que el equipo de producción de El Hormiguero convocó una reunión de emergencia para evaluar los daños y discutir el futuro del presentador. Algunos miembros del equipo habrían expresado su frustración ante la falta de control de Motos durante las emisiones en directo, especialmente después de varios episodios recientes en los que sus comentarios generaron controversia.
Una fuente anónima del canal aseguró que el propio Motos se encuentra “emocionalmente devastado” y preocupado por su reputación. “Pablo no esperaba esta reacción. Él pensó que era una broma inofensiva, pero la gente lo tomó muy mal”, comentó la fuente. A pesar de la presión pública, hasta el momento el presentador no ha emitido una disculpa oficial.
Sin embargo, el daño ya está hecho. En menos de 24 horas, las marcas vinculadas al programa comenzaron a revisar sus contratos y los índices de audiencia cayeron notablemente en comparación con la semana anterior. Algunos expertos en comunicación señalan que la falta de empatía hacia un joven ídolo nacional como Alcaraz podría marcar “el principio del fin” de la carrera televisiva de Pablo Motos.
Por otro lado, los fanáticos de Carlos Alcaraz celebran su serenidad y madurez ante la provocación. Muchos lo consideran un ejemplo de deportividad y clase. Incluso Jannik Sinner, el rival de Alcaraz en la polémica derrota, comentó en una entrevista posterior: “Carlos es un competidor increíble y un amigo. Lo respeto profundamente. No merece ese tipo de comentarios.”
Mientras el futuro de Motos pende de un hilo, el escándalo continúa dominando titulares y debates en los principales medios españoles. Lo que parecía un comentario sarcástico más en un programa de entretenimiento podría convertirse en uno de los momentos más decisivos de la televisión española moderna.
Y mientras los productores buscan una salida diplomática, una cosa queda clara: una simple frase, mal calculada, puede destruir en minutos lo que una carrera de décadas ha construido.
