España se ha sumido en un auténtico caos —del bueno— tras filtrarse la noticia de que la superestrella del tenis Carlos Alcaraz organizó en secreto una de las pedidas de mano más espectaculares jamás vistas en el mundo del deporte. Y en el centro de todo está nada menos que Emma Raducanu, la mujer con la que el campeón de tenis lleva meses manteniendo una relación discreta.

Fuentes cercanas a la pareja afirman que Alcaraz pasó semanas preparando una propuesta tan privada, tan íntima y tan emocionalmente explosiva que incluso quienes la presenciaron todavía tienen dificultades para describir lo sucedido.
Todo comenzó con una misteriosa invitación.
Según los informes, Raducanu fue vendado y acompañado a un lugar oculto a las afueras de Murcia: un jardín apartado iluminado únicamente por velas. Un chef privado sirvió la cena en completa oscuridad, permitiendo a la pareja «sentir en lugar de ver», un gesto simbólico que Alcaraz diseñó personalmente para representar la confianza.
Pero la verdadera magia llegó después.

Al servirse el último plato, la oscuridad se disipó de repente. Sobre ellos, el cielo nocturno estalló en luz: drones formaban un mensaje luminoso.
“EMMA, ¿CAMINARÁS CONMIGO PARA SIEMPRE?”
Raducanu se quedó paralizado.
Entonces lo vio: una pequeña caja de terciopelo escondida entre la servilleta que tenía en el regazo. Al abrirla, según cuentan, rompió a llorar antes de que Carlos se acercara, se arrodillara y le susurrara algo que solo ella pudo oír.
Los testigos afirman que fue “un momento tan emotivo que parecía irreal”.
Pero lo que sucedió después fue lo que desató la locura en toda España y en gran parte del mundo del tenis.
Según fuentes cercanas, Raducanu no respondió de inmediato. En cambio, se puso de pie, abrazó con fuerza a Alcaraz y le susurró algo. Lo que dijo sigue siendo un misterio… pero instantes después, se la vio secándose el rostro y negando con la cabeza, no en señal de rechazo, sino con incredulidad y una emoción desbordante.

Entonces, de repente, ella atrajo a Carlos hacia sí y lo besó.
Las redes sociales estallaron en cuestión de minutos, con aficionados de toda España y el Reino Unido lanzando teorías:
¿Dijo que sí?
¿Pidió tiempo? ¿
Sucedió algo inesperado durante la propuesta?
Ni Alcaraz ni Raducanu han confirmado nada. No se han mostrado los anillos en público, no se han emitido comunicados ni se han publicado fotos. Pero fuentes cercanas insisten en que la pareja abandonó el jardín de la mano, abrazados con fuerza, emocionados y profundamente unidos.
Lo que realmente sucedió después de ese beso sigue siendo un misterio, y el silencio de ambas estrellas no hace más que avivar el frenesí.
Una cosa, sin embargo, es segura:
Si antes España estaba obsesionada con Carlos Alcaraz…
ahora está perdiendo la cabeza por completo.
