🚨 La noticia sacudió el paddock de Fórmula 1 apenas horas después del Gran Premio de Las Vegas. Flavio Briatore, asesor ejecutivo de Alpine, emitió una orden tajante: despido inmediato de un miembro del equipo.

El motivo dejó helado a todo el personal. El trabajador, cuya identidad aún no se revela oficialmente, llevaba semanas burlándose públicamente de Franco Colapinto y su familia en redes internas y grupos privados.

Las burlas comenzaron como supuestos “chistes” sobre el acento argentino del piloto. Luego escalaron a comentarios despectivos sobre su origen humilde y la profesión de su padre, un conocido músico de cumbia.

Colapinto, de apenas 21 años, había mantenido silencio inicial. Sin embargo, compañeros cercanos revelaron que el joven piloto llegó a leer mensajes donde se cuestionaba incluso su legitimidad para estar en la categoría.
El punto de quiebre ocurrió el pasado jueves. Durante una cena informal del equipo, el empleado imitó con sorna la forma de hablar del argentino frente a varios mecánicos, generando risas incómodas.
Alguien grabó el momento con el móvil. El vídeo circuló rápidamente por el grupo interno de WhatsApp del equipo francés hasta llegar a la dirección deportiva.
Pierre Gasly, compañero de Colapinto, fue uno de los primeros en reaccionar. El francés envió directamente el archivo a Bruno Famin, director del equipo, exigiendo medidas inmediatas.
Briatore, conocido por su mano dura, no dudó ni un segundo. Convocó una reunión de emergencia a las 7 de la mañana del viernes en la motorhome de Alpine.
Allí, frente a todo el personal, anunció la decisión irrevocable. “En esta escudería no hay lugar para el racismo ni la xenofobia disfrazada de broma”, fueron sus palabras textuales.
El empleado intentó justificarse alegando que “solo eran chistes entre amigos”. Briatore lo interrumpió: “Aquí el único amigo que importa es el equipo, y tú lo has traicionado”.
La medida fue aplaudida por la mayoría. Varios mecánicos argentinos que trabajan en Enstone enviaron mensajes de agradecimiento al italiano por defender a su compatriota.
Colapinto, visiblemente emocionado, publicó una breve historia en Instagram. “Gracias a la familia Alpine por cuidarme siempre”, escribió junto a una bandera celeste y blanca.
El despido se hizo efectivo esa misma mañana. El trabajador abandonó el circuito escoltado por seguridad, sin derecho a recoger sus pertenencias personales.
La FIA, aunque no intervino directamente, emitió un comunicado recordando que cualquier forma de discriminación es contraria al código ético del deporte.
Otros pilotos latinoamericanos mostraron su apoyo. Checo Pérez escribió: “Orgulloso de ver que los equipos toman cartas en el asunto”. Esteban Ocon también se pronunció a favor.
Dentro del equipo, el ambiente cambió radicalmente. Los habituales comentarios sobre acentos o procedencias desaparecieron de inmediato de las conversaciones.
Briatore, en privado, habría dicho a sus colaboradores más cercanos: “Prefiero perder a una persona que al respeto de todo un equipo”.
La decisión llega en un momento delicado. Alpine lucha por mantener la sexta posición en el mundial de constructores y no puede permitirse conflictos internos.
Franco Colapinto, por su parte, se prepara para Qatar. El argentino llega con la moral altísima tras sumar sus primeros puntos en Las Vegas.
El episodio, aunque doloroso, parece haber unido más al equipo francés. Muchos hablan ya del “efecto Briatore” como un antes y un después en la cultura interna.
El italiano, que regresó este año como asesor, demuestra una vez más que no vino a hacer amigos, sino a poner orden y defender a sus pilotos sin importar nacionalidades.
La Fórmula 1, a menudo criticada por su elitismo, da hoy un ejemplo de tolerancia cero ante comportamientos tóxicos, sin importar el cargo del infractor.
Y Franco Colapinto, el pibe de Pilar que llegó con lo puesto, sigue escribiendo su historia. Ahora, con todo un equipo protegiéndolo como a uno de los suyos.
