💍 “QUIERO QUE SER MADRE ESTE AÑO”: Las ocho palabras de Carlos Alcaraz que hicieron llorar feo al mundo del tenis en mitad de la noche

Murcia, España – 10 de noviembre de 2025, 18:47 horas. hora local.
Mientras el resto del mundo todavía digería la cena, Carlos Alcaraz y Emma Raducanu reescribieron cuentos de hadas deportivos para siempre.
En una capilla privada de 400 años de antigüedad rodeada únicamente de limoneros y puestas de sol, exactamente 26 invitados vieron a los dos campeones de Wimbledon más jóvenes de la historia convertirse en marido y mujer y luego, al mismo tiempo, anunciar que estaban esperando su primer hijo. Carlos, de 22 años, vestido con un sencillo traje de lino color marfil, esperaba en el altar con lágrimas en los ojos. Cuando Emma, de 23 años, entró descalza con un vestido lencero de seda de 38.000 libras esterlinas que abrazaba la panza más pequeña y perfecta del bebé de 12 semanas, se perdió por completo.
El sacerdote apenas había terminado los votos cuando Carlos volvió a caer de rodillas, presionó su frente contra el estómago de Emma y susurró las ocho palabras que instantáneamente se convirtieron en la frase más famosa del tenis: “Quiero que seas madre este año”.
Emma, con el rímel arruinado, se rió entre sollozos y dio la respuesta de diez palabras que rompió 127 millones de teléfonos en menos de una hora: “Sí, quiero ser tu esposa para siempre… y la madre de tus hijos”. Luego añadió, más fuerte para que todos pudieran escuchar: “Y adivina qué, campeón… ya estás en camino”. La capilla explotó. Virginia, la madre de Carlos, gritó. Juan Carlos Ferrero, su entrenador, lloraba abiertamente como un bebé. Ian, el padre de Emma, golpeó el aire con tanta fuerza que derribó una vela.
Los anillos son pura locura.

Carlos le regaló a Emma un solitario Tiffany “Eternal Love” de £2 millones con un zafiro azul oculto, su piedra de nacimiento, grabado en su interior: “Carlitos → Ems – Game, Set, Forever”. La banda de Emma para él es de oro rosa con “Murcia 10.11.25” y las coordenadas de la Pista Central donde ambos ganaron sus primeros títulos de Wimbledon.
Sólo se filtraron cuatro fotos (y ya son las imágenes más guardadas de 2025).
- Carlos besando el bulto apenas visible bajo los arcos de azahar.
- Emma sosteniendo su anillo mientras Carlos le limpia las lágrimas con su corbata.
- Los recién casados salen corriendo descalzos de la capilla, riendo, mientras su perro Tito salta a sus brazos.
- Blanco y negro: Emma dormida sobre el pecho de Carlos a las 3 a. m., su mano acunando protectoramente su estómago, los anillos de boda brillando a la luz de la luna.
Carlos publicó esa última foto a las 4:02 am hora española con la leyenda que destrozó a todos:
“Forever comenzó ayer. Nuestro pequeño campeón ya está pateando más fuerte que mi derecha. Gracias por permitirnos mantener esto sagrado. Ahora el mundo entero puede celebrar con nosotros. Sra. Alcaraz y Baby Alcaraz, a partir de junio de 2026”.
51 millones de me gusta en ocho horas. Un nuevo récord.
El mundo del tenis es un desastre emocional.
- Serena Williams: “Estoy en el suelo. Esto es lo más hermoso que he visto en mi vida”.
- Roger Federer envió un vídeo de Mirka y los niños con un cartel: “¡Bienvenidos al club de padres!”.
- Andy Murray, que nunca llora, publicó una nota de voz: “Compañero… ya terminé. Felicitaciones”.
- Incluso Novak Djokovic, a las 3 de la madrugada, hora de Dubai, publicó un vídeo de 47 segundos de aplausos: “El amor siempre gana”.
Las primeras palabras públicas de Emma se produjeron hoy a las 7:11 a.m.

Publicó un primer plano de Carlos besando su panza con la leyenda:
“Él ganó dos Wimbledon antes de los 22. Yo gané uno a los 18. Pero nada, NADA, se sentirá jamás como este pequeño latido del corazón. Gracias por el amor. Nuestro bebé ya lo siente”. Esta noche, en algún lugar de Murcia, los dos niños que crecieron en lados opuestos del mundo, balanceando raquetas antes de que pudieran deletrear sus nombres, están acostados en la cama escuchando su futuro. Y todo el planeta del tenis está sonriendo entre lágrimas, sabiendo que la historia de amor más grande que el deporte haya visto jamás ha tenido su giro argumental más perfecto:
Una boda secreta. Un bebé secreto. Y toda una vida de Grand Slams que de repente ya no importan tanto como pequeños pasos sobre arcilla roja. Carlos Alcaraz y Emma Raducanu ya no son sólo campeones. Son mamá y papá.
Y el mundo nunca ha estado más feliz de perder una noche de sueño por algo tan hermoso.
