Impactante verdad revelada: Laurent Mekies admite que Red Bull Racing cometió graves errores, dejando a los fanáticos enojados por sus decisiones irresponsables después del Gran Premio de Brasil

En el turbulento mundo de la Fórmula 1, el Gran Premio de Brasil en el icónico circuito de Interlagos ha hecho estallar una bomba en Red Bull Racing. Laurent Mekies, director del equipo austriaco desde julio de este año tras la abrupta dimisión de Christian Horner, ha admitido en una serie de reveladoras entrevistas que su equipo cometió graves errores estratégicos y técnicos. Esta admisión, pocos días después de la caótica carrera del 10 de noviembre, ha desatado una ola de ira entre los aficionados. Lo que empezó como un fin de semana lleno de potencial para el líder del campeonato, Max Verstappen, acabó en una humillante salida en la primera sesión de clasificación, seguida de una apuesta arriesgada que obligó al holandés a salir desde el pit lane. Los aficionados, que han sido testigos del declive de Red Bull durante meses, se sienten traicionados por lo que describen como “decisiones irresponsables” de un líder del equipo que acaba de incorporarse.

El drama ya se desarrolló durante la clasificación al sprint del viernes. Verstappen, que le pisaba los talones al piloto de McLaren Lando Norris en la búsqueda de su cuarto título mundial, se quejó de un coche “roto”. El RB21, el coche de Red Bull para 2025, parecía incapaz de encontrar agarre en el desafiante asfalto de São Paulo, con sus curvas llenas de baches y condiciones climáticas cambiantes. Mekies, un ingeniero francés con pasado en Ferrari y la FIA, difícilmente pudo ocultar su decepción. “Nos falta la ventana adecuada para el coche en esta pista, en estas condiciones”, dijo a Sky Sports F1 en ese momento, mientras luchaba con las llamadas de radio de su jugador estrella. Pero el verdadero momento de sorpresa llegó durante la clasificación principal del sábado. Red Bull tomó una decisión ‘大胆’, como la describe el propio Mekies: un ajuste drástico en la configuración del coche después de la decepcionante carrera al sprint, en la que Verstappen solo terminó cuarto.

“Asumimos riesgos”, admitió Mekies en una conversación exclusiva con Motorsport.com. “Cambiamos significativamente el auto porque es la única manera de tener la oportunidad de lograr algo más grande que la posición en la que estábamos por la mañana. Iba en la dirección equivocada, pero así es como corremos”. Esos “cambios significativos” (las especulaciones apuntan a ajustes en la aerodinámica y la suspensión para generar más carga aerodinámica) resultaron en una salida catastrófica de la Q1 tanto para Verstappen como para su compañero de equipo Yuki Tsunoda. Verstappen, normalmente rey de la clasificación, terminó decimoctavo, con un tiempo muy por debajo del par. “Nadie esperaba algo así”, admitió Mekies, cuya voz se quebró por la frustración. Los fanáticos explotaron en las redes sociales: hashtags como #MekiesOut y #RedBullFail llenaron las líneas de tiempo, con comentarios como “¡Esto no es una carrera, esto es apostar con nuestro dinero y el título de Versteappen!”. Una encuesta en un popular podcast de F1 mostró que el 68 por ciento de los seguidores de Red Bull ahora etiquetan el liderazgo de Mekies como “inadecuado”.

La carrera del domingo inicialmente pareció ser un desastre aún mayor. En un intento desesperado por salvar el coche, Red Bull instaló un nuevo motor y ajustó la configuración una vez más. ¿El resultado? Verstappen tuvo que salir desde el pit lane, posición que suele ser sinónimo de tarde perdida. Pero en un giro argumental digno de Interlagos (pensemos en el legendario regreso de Verstappen en 2024 bajo una lluvia torrencial), el holandés ascendió al tercer lugar. Pasó a rivales como Lewis Hamilton y Charles Leclerc en una demostración magistral de puro talento de conducción, con el coche finalmente “vivo”, como lo describió Mekies después de la carrera. “El coche se sentía animado hoy, eso era lo más importante”, dijo el director del equipo a GPBlog. Sin embargo, esta acción heroica no pudo enmascarar los errores anteriores. Norris ganó la carrera para McLaren y la brecha en el campeonato aumentó a 28 puntos cuando faltaban cuatro carreras. Para Red Bull, que ya está luchando esta temporada con un coche que ya no es dominante como en los años de Horner, esto fue una llamada de atención.
¿Qué hace que esta confesión de Mekies sea tan impactante? No sólo los errores en sí (la Fórmula 1 es un deporte de gráficos milimétricos y decisiones atrevidas), sino también el contexto. Mekies asumió el cargo después de un verano turbulento, en el que Horner fue despedido por conflictos internos. El francés de 48 años, con experiencia como ingeniero jefe en Toro Rosso y director deportivo en Ferrari, prometió una “nueva era” de innovación y riesgos. Pero los críticos señalan que estos “riesgos” son cada vez más contraproducentes. A principios de esta temporada, Racing Bulls (el equipo hermano) sufrió errores estratégicos, y ahora ese patrón parece estar filtrándose hasta el buque insignia. “Aprendemos de ello”, enfatizó Mekies en una entrevista con PlanetF1. “Éste es el precio que pagamos por el desarrollo tan avanzado en la temporada. Pero no nos arrepentimos; quedarnos quietos no es una opción”. Sin embargo, los fanáticos no se sienten reconfortados. Foros como Reddit y clubes de fans están llenos de especulaciones: ¿Mekies es el hombre adecuado para el trabajo o Red Bull está repitiendo los errores del pasado?
La ira se dirige específicamente a las “decisiones irresponsables” de Mekies. ¿Por qué semejante apuesta con un solo coche en el garaje? ¿Por qué no actuar de forma más conservadora para conseguir puntos en un momento crucial del campeonato? Una petición de aficionados en Change.org, iniciada por un grupo de seguidores brasileños, ya ha recogido decenas de miles de firmas y exige una “auditoría transparente” de la estrategia del equipo. El propio Verstappen se mantuvo diplomático: “Fue difícil de aceptar, pero seguiremos luchando”. Pero detrás de escena, susurran las fuentes, hay tensión dentro del equipo. Helmut Marko, el influyente asesor, habría pedido más precaución, pero prevaleció la opinión de Mekies sobre las “carreras audaces”.
Estas revelaciones llegan en un momento en el que Red Bull lucha por seguir siendo relevante en una temporada dominada por McLaren y Ferrari. El GP de Brasil, con sus tormentas tropicales y multitudes apasionadas, simboliza la imprevisibilidad del deporte, pero también lo que está en juego. La confesión de Mekies puede ser un paso hacia la rendición de cuentas, pero para muchos parece demasiado poco y demasiado tarde. Mientras la caravana se dirige ahora a Las Vegas para la siguiente ronda, la pregunta persiste: ¿podrá Red Bull resurgir de las cenizas de Brasil o esto marca el principio del fin del reinado de Mekies? Los fanáticos, todavía hirviendo de ira, contienen la respiración. Una cosa es segura: en la Fórmula 1, la historia no perdona los errores a la ligera.
