El mundo del tenis amaneció conmocionado. Novak Djokovic, actual número uno del ranking mundial, anunció oficialmente su retiro del último Masters 1000 de la temporada 2025. Lo que parecía una decisión deportiva, escondía una realidad mucho más dolorosa.
Djokovic, siempre ejemplo de fuerza mental y disciplina, sorprendió al revelar en una entrevista exclusiva los verdaderos motivos. No se trataba de una lesión ni del inevitable desgaste de los años. El serbio, con voz quebrada, confesó que enfrenta una tragedia familiar que lo ha dejado “sin fuerzas para concentrarse ni competir”.
El impacto fue inmediato. Las redes sociales se inundaron de mensajes de apoyo. “Sigo pudiendo vencer a cualquiera en la pista”, dijo Nole, “pero cuando ves sufrir a los tuyos, el tenis pasa a un segundo plano”. Con esas palabras, dejó claro que su prioridad ahora es estar junto a su familia en uno de los momentos más duros de su vida.
Según fuentes cercanas al entorno del jugador, un grave problema de salud afecta a un miembro muy querido de su familia. Aunque Djokovic evitó entrar en detalles, su mirada y tono reflejaban una tristeza profunda. “He ganado muchos trofeos, pero ahora mi victoria más importante será acompañar a los míos”, añadió con lágrimas contenidas.
El circuito ATP también reaccionó con conmoción. Rafael Nadal, amigo y rival histórico, fue uno de los primeros en enviarle un mensaje público de ánimo. “El tenis puede esperar. La familia es lo más importante”, escribió en redes sociales. Otros jugadores como Federer y Alcaraz también mostraron su respeto y solidaridad con el serbio.
Los organizadores del Masters 1000 de París confirmaron su baja de manera oficial pocas horas después del anuncio. “Respetamos completamente su decisión. Novak es más que un campeón, es una persona excepcional”, declararon en un comunicado. Las entradas para el torneo se agotaron igualmente, pero el público sabe que faltará el alma competitiva de siempre.
Djokovic, de 38 años, no mencionó si su retiro es temporal o definitivo. Sin embargo, sus palabras hicieron pensar a muchos que podría ser el comienzo del adiós. “Hay cosas que te rompen el corazón más que una derrota. Ahora mismo, necesito ser hijo, esposo y padre”, confesó con una sinceridad que conmovió al mundo.
Mientras tanto, en Serbia, cientos de fanáticos se reunieron frente a su academia en Belgrado para mostrarle apoyo. Entre pancartas y velas, corearon su nombre y enviaron oraciones por su familia. “Siempre has luchado por nosotros, ahora luchamos por ti”, se leía en una de ellas.
El futuro de Novak Djokovic en el tenis es incierto. Pero lo que no deja dudas es el legado humano que deja con esta decisión. En un deporte dominado por la competencia feroz, su gesto demuestra que incluso los más grandes saben cuándo detenerse y abrazar lo verdaderamente esencial: el amor y la familia.
El tiempo dirá si Nole volverá a empuñar la raqueta. Por ahora, el campeón se retira no por una derrota en la pista, sino para enfrentar la batalla más dura de su vida: la que se libra fuera del estadio, en el silencio del hogar y en el corazón de quienes más ama.
