El tenis internacional vuelve a temblar tras un nuevo episodio de tensión entre dos de sus estrellas más brillantes y jóvenes: Jannik Sinner y Carlos Alcaraz. La rivalidad entre ambos, que hasta hace poco parecía fundada en el respeto y la admiración mutua, se convirtió en una tormenta mediática después de unas declaraciones explosivas del italiano.
Todo comenzó tras la final del Abierto de Viena 2025, donde Sinner derrotó a Cameron Norrie en dos sets contundentes, 6-3, 6-2, consiguiendo así su segundo título en la capital austríaca. Pero lo que debería haber sido una celebración tranquila se transformó en un caos mediático cuando, durante la rueda de prensa posterior, Sinner lanzó una frase que dejó helados a los periodistas presentes:
“Solo le importa el peinado…”, dijo con una sonrisa sarcástica, refiriéndose directamente a Carlos Alcaraz, actual número uno del mundo.
La sala quedó en silencio. Nadie podía creer que esas palabras hubieran salido de la boca del normalmente reservado y educado Sinner. Pero él continuó:
“Alcaraz tiene talento, sí, pero últimamente parece más preocupado por su imagen que por su juego. Yo prefiero ganar títulos, no likes.”
En cuestión de minutos, el comentario se viralizó en redes sociales. Las palabras “Solo le importa el peinado” se convirtieron en tendencia mundial en X (antes Twitter). Los fanáticos de ambos tenistas se enfrascaron en una feroz batalla digital, mientras los periodistas deportivos debatían si Sinner había cruzado una línea que podría marcar un antes y un después en su relación con Alcaraz.

Carlos, quien se encontraba en París preparándose para el Masters 1000, se enteró del comentario apenas unos minutos después. Según testigos presenciales, el murciano “quedó completamente atónito”. Uno de los miembros de su equipo técnico aseguró que “Carlos nunca había visto venir algo así de Sinner. Siempre lo consideró un rival digno, incluso un amigo.”
Sin embargo, la sorpresa se transformó rápidamente en indignación. Alcaraz no solo expresó su descontento, sino que presentó una denuncia formal ante la ATP, alegando “comentarios que atentan contra la integridad profesional y personal de un jugador”. El gesto sorprendió incluso a sus seguidores más fieles, ya que el español es conocido por su carácter tranquilo y su habilidad para manejar la presión con madurez.
Pero lo más impactante fue la actitud de Sinner tras conocer la reacción de Alcaraz. En lugar de disculparse, el italiano siguió sonriendo con una mezcla de ironía y seguridad, como si todo formara parte de un plan perfectamente calculado. En una entrevista concedida a una cadena italiana, declaró:
“¿Una denuncia? Que haga lo que quiera. En el tenis no se gana con abogados, sino con raquetas.”
Sus palabras encendieron aún más la polémica. Los medios italianos lo defendieron, alegando que solo se trataba de una broma malinterpretada. Pero en España, los titulares fueron demoledores: “Sinner humilla a Alcaraz con comentarios despreciativos”, “La rivalidad se convierte en enemistad”, “Carlos no aguanta más”.

A medida que las horas pasaban, los rumores crecían. Algunos insiders del circuito afirmaban que la relación entre ambos ya estaba deteriorada desde hacía meses. Se hablaba de miradas tensas en los vestuarios, de gestos fríos durante las ceremonias y de una competencia cada vez más personal por el trono del tenis mundial.
Un exentrenador del circuito, bajo anonimato, comentó: “Esto no es solo una cuestión de ego. Ambos saben que el otro puede dominar la próxima década. Son dos leones en la misma jaula.”
Mientras tanto, la ATP anunció que investigará el caso, aunque la mayoría de los expertos coinciden en que difícilmente se impondrá una sanción seria. Sin embargo, el daño en la imagen de ambos ya está hecho.

En redes, algunos fanáticos de Sinner comenzaron a usar el hashtag #TeamPeinado, burlándose del comentario y compartiendo imágenes de Alcaraz arreglándose el cabello durante los descansos. En respuesta, los seguidores del español lanzaron #SoloImportaGanar, acompañando el lema con videos de sus victorias en Roland Garros y Wimbledon.
El clima se tornó cada vez más hostil. Durante una sesión de entrenamiento en París, un grupo de espectadores coreó: “¡Peinado, peinado!” cuando Carlos entró a la pista. Según varios testigos, él detuvo la práctica unos segundos, respiró hondo y luego continuó golpeando la pelota con una intensidad nunca vista.

Horas después, publicó un breve mensaje en sus redes sociales:
“No me importa el peinado. Me importa el juego. Y nos veremos pronto.”
El mensaje acumuló millones de reacciones en cuestión de minutos, consolidando a Alcaraz como el rostro de la elegancia frente al sarcasmo.
Mientras tanto, Sinner, sonriente, publicó una foto con el trofeo de Viena y el texto:
“Algunos hablan, otros ganan.”
El mundo del tenis se prepara ahora para un enfrentamiento inevitable. Si el destino los cruza en el próximo Masters, será más que un partido: será una batalla de orgullo, talento y redención.
Y todos estarán mirando… incluso los que solo se fijan en el peinado.
