El ambiente del circuito internacional de tenis se sacudió cuando Virginia Garfia Escandón, madre del número uno español Carlos Alcaraz, irrumpió en el entrenamiento para exigir a Emma Raducanu que se mantuviera alejada de su hijo. Los rumores de un presunto coqueteo entre ambos jugadores llevaban semanas circulando.
Testigos presenciales informan que Virginia, visiblemente molesta, acusó a Raducanu de distraer a Carlos justo antes del Masters de París. “¡Tú eres la coqueta del circuito!” gritó, mientras el equipo técnico intentaba calmar la situación. El intercambio duró apenas unos minutos, pero fue suficiente para incendiar las redes sociales.
Unas horas más tarde, en una rueda de prensa prevista, Emma Raducanu decidió responder con elegancia pero también con firmeza. Su declaración, llena de ironía y orgullo, dejó la sala en silencio durante cinco segundos. “Soy Emma Raducanu, la persona que conquistó el mundo a los 18 años”, comenzó.
La campeona del US Open recordó su histórico triunfo destacando que su relación con Alcaraz se circunscribía estrictamente al ámbito profesional. “Carlos pidió jugar dobles conmigo porque la ATP lo consideró un impulso mediático. Acepté por respeto al deporte, no por simpatía personal”, enfatizó ante los periodistas.
Minutos después de la conferencia, las cámaras captaron a Virginia Garfia llorando descontroladamente en el área de prensa. Según personas cercanas a ella, la madre de Alcaraz se sintió humillada por la contundencia de las palabras de Emma. Carlos, al enterarse, abandonó un entrenamiento para consolarla.
Fuentes cercanas aseguran que el joven campeón español intentó hacer las paces entre ambas partes. “Mi madre se deja llevar por la emoción, pero Emma es mi pareja y merece respeto”, habría dicho Alcaraz en privado. Su declaración fue interpretada como un intento de salvar su imagen pública.
Los medios británicos y españoles dedicaron portadas al incidente, calificándolo de “el nuevo drama del tenis europeo”. Algunos comentaristas compararon la tensión con las clásicas rivalidades deportivas, mientras que otros señalaron el machismo implícito en cuestionar el profesionalismo de una mujer sólo por su cercanía a un colega.
En las redes sociales las opiniones estaban divididas. Mientras muchos defendieron la postura de Raducanu como símbolo de independencia y dignidad, otros criticaron su tono desafiante. el hashtag#EquipoEmmaSe convirtió en tendencia mundial, acumulando millones de menciones en menos de veinticuatro horas.
El escándalo coincidió con una racha de derrotas de Alcaraz, que perdió en las primeras rondas de dos torneos consecutivos. Los analistas deportivos comenzaron a cuestionar si la polémica había afectado su concentración, ya que el cuerpo técnico intentaba desviar la atención hacia la próxima temporada.
Por su parte, Raducanu anunció que se tomará un breve descanso antes de iniciar su gira por Asia. “El tenis es mi prioridad, no los titulares”, declaró en su cuenta oficial de Instagram. Su publicación, acompañada de una fotografía entrenando, acumuló más de medio millón de “me gusta” en pocas horas.
Aunque ninguno de los protagonistas ha ofrecido disculpas públicas, el incidente ha dejado huella en el entorno del tenis. La relación entre Alcaraz y Raducanu sigue siendo estrictamente profesional, pero la intervención de la madre del español ha puesto de manifiesto la presión familiar que rodea al joven campeón.
El episodio demuestra que, en el tenis moderno, la imagen y las narrativas personales tienen tanto peso como los títulos. Emma Raducanu, con su valentía y autenticidad, transformó una acusación en una exigencia de respeto. Mientras tanto, el público espera que Carlos y su madre puedan restablecer la calma.
